CARTA AL AMIGO INVISIBLE (XVII)
Querido amigo:
Nos adentramos en noviembre y parece que las temperaturas
se van acomodando a lo esperado en esta época del año. Ya quisiera yo que la
confrontación entre rusos y ucranianos alcanzara pronto la normalidad y la paz
fuera el mejor regalo que recibiéramos todos estas Navidades. Por contra, el
reguero de bombas y de muertos no
concluye y esto no parece tener fin ¡Están locos!
Tampoco en España debemos de estar muy cuerdos,
cuando el CGPJ no se renueva, ahora porque al señorito Sánchez se le ha
ocurrido una Ley de Sedición que, de aprobarse, va a permitir a los sediciosos
catalanes que su reprobable conducta le salga con menor condena que la que a
veces originan hinchas de fútbol enfrentados en una algarada callejera. Y
mientras sus socios de gobierno esperan impacientes la medida, el generoso
Presidente les va contentando, cada poco, con nuevas prebendas. Ayer mismo en
el Congreso se aprobó La Ley del Deporte, esa que va a permitir el
reconocimiento internacional de las selecciones autonómicas. Una forma como
otra cualquiera de hacer trizas la unidad de España.
Locos están también, unos que se autodefinen como "activistas
ambientales del cambio climático" y que se dedican a lanzar pintura sobre
las joyas de arte que encierran los museos. Los últimos que mancharon el cuadro
"La Joven de la Perla" han recibido como castigo por su travesura,
dos meses de prisión. ¿Quiénes están más locos, los enfermizos pintores o los
jueces que les han juzgado?
De vuelta a nuestra Patria, no sabría si calificar
de locos o de algo peor a los artífices de los últimos casos de violencia
intrafamiliar. Es raro el día en que un hombre no asesina a su pareja o
expareja, o, más raramente, que una madre asesine a su hija para vengarse del
padre de la criatura. Algo está fallando, sin duda, en esta sociedad que tiene
una inversión de valores brutal. Y si no, que se lo pregunten al jefe del
convoy que tuvo que detener el tren en Palencia para desalojar a un grupo de
muchachos que perturbaban el orden y las reglas que deben de observarse en todo
transporte colectivo. Aun así, algún padre de uno de los chavales tachaba de
desproporcionada la medida.
No nos debe de extrañar que la anterior generación
ya golpee a médicos o enfermeras si la receta no se expide a tiempo o no es de
su agrado. Sería recomendable que el Gobierno invirtiera más dinero en
educación, en vez de dar placer a sus seguidores desenterrando generales en la Basílica
de la Macarena. A la Virgen, acusada de cobijar a franquistas, no pudieron exhumarla, porque
según la creencia cristiana, está Asunta en los Cielos.
Vamos a ver si con un poco de suerte, se inaugura
algún psiquiátrico y ponemos a esta gente a buen recaudo.
Abrazos, amigo invisible.
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