LLASTRES
Sobre la roca vertical
nace, milagrosamente, el eucalipto
que envuelve de aromas, recuerdos
de niñez,
el rulo y el blanco embarcadero
abierto a la mar inmensa.
Las olas dejan al descubierto
en bajamar, una fina arena
de la que emergen cantos rodados
deseosos de contemplar un
Nacimiento de casas
que parecen sujetarse unas a otras
hasta
conseguir alcanzar una altura
impresionante.
A pie de mar, todo resulta
sugerente
para que la imaginación vuele cual
gaviota
sobre las empedradas calles en donde
surgen escaleras,
accesos a hogares construidos con
ensueños.
El sol se extasía contemplando el
panorama
y la mañana vestida de azul
radiante
se recrea gozosa en su propia
belleza.
Sopla una ligera brisa
que inunda de frescor los pulmones
y te lanza pletórico de espíritu
hasta las altas cumbres desde donde
observo
el encaje de casas bordando la
bahía.
Con el pálpito del encuentro
afortunado
abandono Llastres,
lentamente...
Fotografía del autor
Bellísimo poema, me encanta, muchas gracias por compartirlo.
ResponderEliminarMuy agradecido por tu comentario, deseo que sigas leyendo mis publicaciones cuyo único fin es el de compartir vivencias y sentimientos. Abrazos.
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