CELAJE OTOÑAL
Tiene
el cielo un color gris plomizo
de
vergüenza acumulada.
Tres
largos meses sin lluvia
han
contemplado el marchitar de los campos,
la
sequedad extrema,
el
desesperado grito de flores abortadas
y
el deslizar interrumpido
del
agua cristalina en los arroyos.
Por
fin, felizmente,
se
abrieron las compuertas celestiales
refrescando
con riegos abundantes
la
tierra árida,
¡Ay,
mi Castilla!
¡La
Castilla despoblada!
En
la Plaza del pueblo
se
escucha el lamento:
“Esto
hace tres meses…”
Esperan
impacientes los aperos
el
momento de arañar la tierra
para
sacar su jugo y procurar sustento
con
redoblada esperanza cada año,
a
pesar del retraso acuoso,
y a
pesar de todos los pesares.
Pasan
las nubes, de nuevo,
regando
profusamente páramos y valles.
La
vida en el pueblo vuelve a interrumpirse
con
la eterna sensación
de
estar pagando por pecados no cometidos.
Un
único niño chapotea en el parque infantil
en
donde crecieron demasiadas malas hierbas.
La
nube gris descarga el granizo
y la riada desborda, sin piedad, los arroyos.
Fotografía
de Maribel Díez Salgado
Muy bonito 👏👏👏
ResponderEliminarMe alegra enormemente, estimado/a lector/a que el poema te haya gustado. Gracias y saludos.
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