domingo, 10 de marzo de 2024

FÁBULA DEL ÁRBOL DEL AMOR (Cercis siliquastrum)

 

 

Nacido por la fortuna de que una semilla encontrara el terreno apropiado, el pequeño plantón fue creciendo hasta convertirse, pasados unos años, en un llamativo ejemplar de cinco metros de altura. Durante este tiempo tuvo ocasión de contemplar las especies vegetales adyacentes y de conocerse a sí mismo, notando la manera en la que las estaciones modificaban su estructura.

Siendo un joven arbolito notaba en su interior la pujante fuerza de la primavera, que en pocos días, cubría sus desnudas ramas de precoces flores de color rosa que precedían al nacimiento de unas hojas acorazonadas de una intensa tonalidad rojiza, lo que le otorgaba una hermosura ensalzada por cuantos le contemplaban.

Lejos de ensoberbecerse, nuestro árbol se mostraba complaciente con cuantos animalillos del bosque buscaban su amparo para protegerse de los ardientes rayos del sol en el verano o actuando de natural paraguas cuando la lluvia hacía acto de presencia. Muchos de estos seres vivientes se preguntaban, si la manera tan generosa de comportarse de este vegetal, no tendría que ver con el contorno de corazón que poseían sus hojas.

Llegado el otoño, el árbol acogió con humidad, cómo sus hojas languidecían y su brillante color rojizo se tornaba en otro de cromatismo amarillento y, aun así, daba gracias a que con ese matiz, contribuyera  a que la gama de colores otoñales del bosque fuera todavía más diverso y hermoso.

Cuando las hojas fueron desprendiéndose de las ramas, sintió que las fuerzas le abandonaban, pero en su interior se sintió satisfecho de que pudieran servir de abono para otras especies vegetales vecinas.

Desnudo y expuesto a los rigores invernales, jamás perdió la esperanza de con un nuevo ciclo volvería a recobrar la pujanza pasada.

MORALEJA: Vive siempre esperanzado. Entrégate a los demás, soportando con dignidad los vaivenes de fortuna que el destino te depare.

 

 

 

 
 

6 comentarios:

  1. Un bello relato, que inspira. Siempre nos debe mover el amor y la esperanza, nunca darnos por vencidos

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    1. Completamente de acuerdo contigo. Con la esperanza de que descanses esta noche y tengas un bonito domingo, te envío un cariñoso abrazo.

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  2. Hace dos años planté dos Cercis. Mis pobres niños han soportado las temperaturas extremas y la durísima sequía. Pero ahí están, como el ave fenix, como yo... renaciendo.fenixcomomyodurísimls

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    1. Me alegra saber que "tus niños" están creciendo y que bien pronto te ofrezcan sombra y color. Todo esfuerzo tiene su recompensa. Gracias por hacer el mundo más bello.

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  3. Que hermosas palabras,las flores son muy lindas asi debiamos el ser humano estar tan optimista como esa flor. Begoña Santidrian.

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    1. Las flores de este árbol son muy lindas como bien dices, Begoña. Me consta que tú también lo eres y alegras con tu sonrisa el jardín de mis amistades.

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