domingo, 26 de mayo de 2024

 

FLORECIDA PRIMAVERA

 

 

 

Te vi abriéndote entre flores,

primavera del alma florecida,

una mañana que el sol templaba

el aire, templado el corazón en melodías.

 

Tenía veinte años, lo recuerdo,

tú, algunos menos ; sin apenas conocerte, te quería

pues ya sabes que el amor es un presagio,

como el devenir de la muerte, se adivina.

 

El aroma del campo y tu presencia

era el bien, en ese instante, apetecido.

A bocanadas aspiraba el aire puro

por si calmaba mi deseo de abrazarte

antes que surgiera la tarde

y después la negra noche

lacerara mi esperanza primera,

flor tentadora de fragancia

o, quizás, ilusión pasajera.

 

Primavera de amor ¡qué etérea eres!

revestida de hada pasas cerca

y al aprehenderte,

escapas dejándonos

el velo perfumado, el sueño,

quimera o fantasía, de poder imaginarte

toda plena a la luz que acaricia

y que no quema.

 

Uno tras otro, vuelan a mi alrededor

los abejorros libando el néctar

que aspiraba a retener en mi boca

la tuya;

una tras otra

ven mis ojos pasar las flores nuevas.

Es un delirio de imágenes vistosas

las que desfilan ante mí:

sugerentes azaleas, jazmines, rosas...

y al igual que Lakmé: " sobre la orilla de flores

en esta fresca mañana, me deslizo suavemente

por la corriente fugaz hasta ganar la otra orilla

en donde el pájaro canta."

 Fotografía de Nicolás Ventosa López.

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