FLORECIDA PRIMAVERA
Te vi abriéndote entre flores,
primavera del alma florecida,
una mañana que el sol templaba
el aire, templado el corazón en melodías.
Tenía veinte años, lo recuerdo,
tú, algunos menos ; sin apenas conocerte, te quería
pues ya sabes que el amor es un presagio,
como el devenir de la muerte, se adivina.
El aroma del campo y tu presencia
era el bien, en ese instante, apetecido.
A bocanadas aspiraba el aire puro
por si calmaba mi deseo de abrazarte
antes que surgiera la tarde
y después la negra noche
lacerara mi esperanza primera,
flor tentadora de fragancia
o, quizás, ilusión pasajera.
Primavera de amor ¡qué etérea eres!
revestida de hada pasas cerca
y al aprehenderte,
escapas dejándonos
el velo perfumado, el sueño,
quimera o fantasía, de poder imaginarte
toda plena a la luz que acaricia
y que no quema.
Uno tras otro, vuelan a mi alrededor
los abejorros libando el néctar
que aspiraba a retener en mi boca
la tuya;
una tras otra
ven mis ojos pasar las flores nuevas.
Es un delirio de imágenes vistosas
las que desfilan ante mí:
sugerentes azaleas, jazmines, rosas...
y al igual que Lakmé: " sobre la orilla de flores
en esta fresca
mañana, me deslizo suavemente
por la
corriente fugaz hasta ganar la otra orilla
en donde el
pájaro canta."
Bellísima poesía
ResponderEliminarMuchas gracias, amable comunicante. Alabo tu sensibilidad. Saludos-
EliminarPrecioso, gracias por compartir.
ResponderEliminarGracias a usted por seguir mis publicaciones. Saludos afectuosos.
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