¡TE RECUERDO TANTO!
Llueve como no lo había hecho nunca.
Llueve sobre el mojado asfalto,
sobre el campo encharcado y sobre los
tejados... llueve.
Hay un triste canto
en cada gota que perfora la atmósfera,
aun antes del violento contacto
con el improvisado pavimento que lo
frena.
Un día más pienso en ti,
quizás para sentirme vivo,
para que el doloroso recuerdo
reavive
el latido silencioso de mi pecho.
Atrapado, me entretengo dibujando,
pintarrajos y trazos sin sentido
que no dicen nada,
salvo a mí.
Sentada en mis rodillas dibujabas,
canturreando,
flores y caras imperfectas.
Estaba seguro de que,
al acariciar tu espalda,
volverías el rostro hacía mí
esperando la aprobación al garabato
con el que consumías tu tiempo y el mío
cuando la tarde se despeñaba
en
cataratas al otro lado del cristal.
Recuerdo que la lluvia, entonces,
no tenía la apariencia de lágrimas
desafiantes y frías, casi tétricas,
como las que diviso ahora,
La lluvia tiene hoy aires funestos,
aromas de vertedero
que recuerdan podredumbre
de festines consumidos.
El recuerdo agridulce se mantiene vivo,
dolorosamente vivo,
en
eterna desesperación.
Mientras
tanto, la tormenta no cesa.
Excelente
ResponderEliminarMuchas gracias por calificativo tan halagador. Feliz tarde.
EliminarExtraordinario poema!.Tanto me ha impactado que lo publiquè en mi historia de Fb ayer y aún, continúa.Felicitaciones! Apreciado amigo poeta español: Carlos Malillos.
EliminarUn millón de gracias, querida Lucy, por haber publicado mi poema en tu hermosa Colombia y así haber brindado la posibilidad a tus compatriotas de conocer poesía española. Te envío un fuerte y sincero abrazo.
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