domingo, 27 de octubre de 2024

 

AMANDA

 

 


 

Intuyo tu presencia, aunque no pueda verte.

Te imagino vestida de coral con pómulos rosados

presta a emerger, radiante y jubilosa

con la sonrisa franca de todo lo que nos regala el mar.

 

Hundo mis pies en el agua por sentirte cercana,

para poder vibrar al unísono cuando aparezcas,

pero me pierdo en la inmensidad de un horizonte lejano

en la profundidad misteriosa de tu corazón palpitante.

 

Generas un oleaje apacible o inquieto

que invade los pliegues de mi alma,

cuando te haces espuma sobre mi cuerpo anhelante.

 

Con cada embate del agua me emociono

pensando en tu proximidad,

pero el mar se aleja mansamente de mí

sin apenas haberme acariciado.

 

Por las mañanas, te busco con la esperanza

de saber algo más de tu ternura de ninfa

de cabellos desatados.

Siento en mi pecho el dolor agridulce

de lo imposiblemente amado

y suspiro cada tarde con la desgarradora sensación

de lo inalcanzable.

 

Me atormenta la realidad como un cuchillo hiriente

que mata toda esperanza y, sin embargo,

espero y confío escuchar, alguna vez,

ese canto delicadamente penetrante,

sutil lamento de tu voz, reclamándome.

 

Me balanceo indefenso a merced del destino,

y creo ver tu rostro en el espejo marino

en el que el sol reverbera.

Entre realidad y sueño te busco y te saludo

sin mediar palabra, y sin poder contemplarte.

Aunque cabalgues entre olas invisibles,

te esperaré varado y dolorido

en la playa, cuando el sol decline.

 

Él muere conmigo y se ilusiona al alba

con la esperanza de poder gozarte plenamente.

 

.

.

 

 

6 comentarios:

  1. Muy bello poema, cargado de sueños y deseos, nunca puede perderse la esperanza

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    1. Gracias, Alie, por tu comentario, positivo para mí y con un mensaje que deberíamos tener en cuenta, sobre todo, en los momentos difíciles. Abrazos para un feliz domingo.

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  2. Un poema que dice mucho de la sensibilidad de quien lo crea….Carlos.

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    1. Muchas gracias anónimo comunicante. La sensibilidad también es imprescindible en la mente lectora, como parece ser tu caso. Te deseo un feliz día.

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    2. No entiendo como me identifica como anónimo, en ningún momento lo he pretendido, expresar mi admiración por lo que escribes, para mi y dado los muchos años que hace te conozco no fue nunca una sorpresa. Soy Luis M. Mazariegos, trataré de realizar los comentarios en otro plano. Un abrazo Carlos.

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    3. Querido Luis: Si te fijas en el primer comentario te darás cuenta que figura con el nombre de la comunicante, sin embargo, en tu caso, aparece como Anónimo. ¿Puede ser que no pongas la URL? Muchos abrazos.

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