LA MUJER Y EL AIRE
En
el aire estoy y en aire me muevo,
aleteando
a tu lado,
uniendo
mis respiros a los tuyos
en
placenteras brisas
o
en huracanes desbocados de pasión.
Hasta
en sueños creo ser, cometa saltarina
revoloteando
arriba y abajo
en
torno a ti, que eres mi centro,
atraído
por esa manera peculiar
de
dármelo todo, mujer, sin que yo te lo pida.
Me
embriaga la sensatez
en
tu quehacer diario,
el
empeño en la tarea a realizar,
tu
mirada candorosa al contarme proyectos
que
hemos de realizar juntos.
Me
desborda tu grandeza de corazón
y,
en silencio, medito la respuesta
al
juicioso interrogante
para
colmar de gozo tus anhelos.
Mis
vuelos son rasantes,
los
tuyos, atraviesan las nubes
mostrándome
el cielo despejado,
libre
de tormentas.
Cada
día me inspiras un verso
del
poema de amor y ternura
que
estoy componiendo para ti.
Dame
algún tiempo, amor,
para
descubrir toda tu hondura.
Como
hálito susurrante,
sabrás
entonces
que,
además de poema escrito,
eres
la mujer eternal
por
la que ha estado viajando ingrávida,
en
el aire, mi existencia.
Bello y apasionado poema
ResponderEliminarCon la satisfacción de haber leído tu comentario, querida Alie, comienzo la mañana con paz y alegría interior. Gracias y abrazos.
Eliminar