PERTURBADORA PRIMAVERA
¡Cómo
luce esa guirnalda de flores en tu cabeza!
Pareces
tú misma, una bella flor
de
esta primavera. Perfumadas las sienes
con
esencias de jazmines y heliotropos, devuelves
vencedora
y desafiante la mirada
a
quien, como yo, se queda extasiado contemplándote.
La
belleza siempre me ha fascinado,
si
me siento más atraído por la vorágine
de
aromas y colores, o por esa tersa tez, cristalina
y
brillante que envuelve tu rostro, despertando
el
irrefrenable impulso de acariciarla.
Si
quisieras dejar, bella mujer de ensueño,
que las yemas de mis dedos surcaran
torpes
e indecisas el óvalo de tu faz,
tal
vez pudiera revivir la olvidada primavera
de
un corazón maltratado y ajado por el tiempo.
Por
un instante, regresaría al país de los sueños.
Por
un momento, perdería la conciencia
del
tiempo transcurrido, para que en este junio
que
anuncia el término primaveral, resurgiera
en
mí, el impuso enérgico y juvenil de un Neptuno,
señor
de ninfas y náyades, aunque, después, al despertar
a
la dura realidad, sintiera la frustración de lo inalcanzable.
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