jueves, 12 de septiembre de 2019


HOMENAJE A DON FRANCISCO DE QUEVEDO (II)

                           


(Continuación)

En Torre de Juan Abad
pasó muy duras jornadas
con las salidas vetadas
estando en su propiedad.
Hiciéronle caridad,
olvidándole la ofensa
y la alegría fue inmensa
cuando conoció al valido
conde-duque, muy querido,
en la Corte, su defensa.

Por dar gusto a la duquesa
pasó de soltero a esposo:
un matrimonio penoso
y otra más fallida empresa.
Pero la infamia más gruesa,
indicios de corrupción,
le llevaron a Léon
en donde estuvo enrejado
y en una celda befado
como si fuera un buscón.

Cuando alcanzó libertad
en Villanueva de Infantes
pasó los días restantes
con amigos de verdad.
De Santiago, cantidad
debió recibir favores,
pues expiró con honores
este genio de la historia
a quien Dios tenga en su Gloria
como ejemplo de escritores.



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