jueves, 10 de octubre de 2019

CONVERSACIONES CON ÓSCAR (XIV)


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Los que sois asiduos seguidores de mi blog, creo que habréis leído en alguno de mis artículos declarar que, en lo sucesivo, no haría comentario ni referencia a cualquier publicación o film que tuviera como leitmotiv la Guerra Civil, y esto por dos motivos fundamentales: porque la mayoría de los españoles no la vivió y por tanto su narración tiene un valor relativo, y porque remover en la ciénaga de un fracaso colectivo como nación sólo puede conducir a reabrir heridas, prolongando en los descendientes de ambos bandos la eterna disputa.

Sin embargo, ilusionado por la gran personalidad de Amenábar, director, co-guionista y autor de la banda sonora de esta película, decidí ir a la sala de proyección con la esperanza de ver un film que preconizara la concordia. ¡Oh desilusión! Después de cuarenta años aprendiendo la historia al dictado franquista, hemos pasado en los siguientes cuarenta años a ver y escuchar los mismos hechos con una perspectiva diametralmente opuesta. Ya comprenderán que estoy en mi derecho de no creer ni a unos ni a otros.

Y es que, cuando se relatan hechos históricos, lo menos que se puede exigir es que la bibliografía a la que se recurre sea veraz e independiente para no hacer interpretar a los protagonistas escenas que no se corresponden con la realidad de los hechos ocurridos y sobre todo que no añadan más fuego a los partidarios de posiciones enfrentadas.

Si hemos de hacer caso a lo que publica el ABC de Sevilla, son al menos dieciocho los errores históricos cometidos en los 107 minutos que dura la proyección, algunos de ellos sustentados con la irrefutable prueba del documento gráfico correspondiente. Yo puedo dar fe al menos de uno, pues en la película no se citan a los hijos varones de Unamuno, cuando a uno de ellos, de enorme parecido físico con su padre, tuve la fortuna de conocer en los años sesenta, por ser profesor del I.E.S. Zorrilla de Valladolid, liceo en el que cursaba por aquel entonces mis estudios. 

Mi impresión particular es de que la película no es objetiva y está filmada con clara intencionalidad política. A simple vista se observa, que los protagonistas son arquetipos con gran poder de convicción en el bando republicano y carentes de fuerza y hasta toscos, coléricos, cuando no incultos, en el llamado bando Nacional. Se resalta lo que interesa a Amenábar y se oculta lo que no conviene para la causa republicana. Es una película de "buenos" y "malos" en la que los actores, entre los que citaré a Karra Elejalde, Eduardo Fernández, Santi Prego, Patricia López, etc., asumen su papel de marionetas que Amenábar desde su privilegiado puesto de director, maneja a su antojo.

El público se quedará sin saber lo que realmente ocurrió en el enfrentamiento dialéctico entre Unamuno y Millán Astray, por lo demás, pertenecientes al mismo bando, hasta que el discurso del primero en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca, propiciará su distanciamiento, sin que esto hecho fuera suficiente para que la amistad entre ambos se rompiera.

Viendo las imágenes, también pudiera colegirse de que el fallecimiento de Unamuno acaecido el último día del 36, tuviera como causa los disgustos y aislamiento infringido por los golpistas  y no por una enfermedad que arrastraba desde varios años antes, agravada por el fallecimiento de su hija Salomé. Como se ve, hasta de tan lamentable suceso se intenta sacar provecho.

En resumen, desde mi punto de vista la película es una sucesión de errores históricos y que cinematográficamente no aporta NADA, pero que satisfará al cincuenta por ciento de los españoles y a los miembros de la Academia de Cine muy propensos a conceder estatuillas a este tipo de cine parcial y casposo.

Me pregunto si existirán en España guionistas y directores con talento e imaginación que no tengan que recurrir a la manoseada Guerra Civil, para hacer un cine de calidad.

Por mi parte, queda claro que vuelvo a hacer promesa de no visualizar ningún film que tenga que ver con la sangrienta contienda. ¡Y esta vez lo cumpliré!







4 comentarios:

  1. Buenas noches, Carlos. No he visto la película, pero estoy tan asqueada de la utilización interesada, manipuladora y venenosa que se está haciendo de ésta desgraciada época, que es muy difícil que vaya a verla. Yo ya veo a mi país como la madre que llora por la separación,odio y rivalidad sin sentido de sus hijos. Y aclaro sin sentido, para que nadie salte del sillón, porque ya no ha sentido para seguir con ello. De niña escuché historias que contaban los viejos del pueblo de la guerra, es lo más cercano que tengo a esa época, y todos decían lo mismo: la guerra solo trae dolor y hambre. Llegaba a ir llorando a casa del colegio porque un niño no paraba de decirme que mi abuelo mató a su padre, hasta que mi madre me dijo que el padre del niño no murió en la guerra sino de psilicosis de la mina. Luego llegamos a ser buenos amigos y parece que el tiempo y la convivencia dejaron atrás palabras y falsos recuerdos envenenados. No desenterremos a los muertos, que si ellos volviesen dirían que los dejásemos descansar en paz. De recordar, recordemos a los que tenemos cerca y que no tardando mucho se irán y pensemos que los errores del pasado están para no se vuelvan a realizar. Admiro a Amenábar y a su inteligencia y precocidad como director de cine, lo demuestra su trayectoria; y, lamentaría que su última película solo valga para distorsionar la historia y provocar heridas. Criterio personal aparte, gracias por la opinión y crítica, mi admiración. Un saludo.

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  2. Buenos días, estimada Areños. Me ha parecido tu comentario todo un compendio de sensatez y equilibrio. Estoy totalmente de acuerdo con él, es más, por mi edad, podría ampliarlo contando mil vivencias de un bando y del otro. Hace tiempo que no presto atención a ninguna de ellas y mi interés se centra en que nuestra España progrese dejando atrás ese episodio infame de nuestro pasado. Quien escribe la historia lo hace a su antojo. Como anécdota te diré que tuve la ocasión de contactar con una persona de un país centroamericano que me aseguraba haber estudiado que Cristóbal Colón era el amante de la Reina Isabel (viene a cuento hoy, día de la Hispanidad, como preludio de todas las sandeces que nos veremos obligados a escuchar).
    Ciñéndome al comentario de la película, resulta obvio decir que mi opinión es muy particular, no tiene por qué coincidir con la de otros, aunque dejo bien claro que será la última vez que escriba algo que tenga que ver con la Guerra Civil. Lo haré para tratar de que nadie se sienta ofendido y para contribuir a la concordia nacional.
    Muchas gracias por tu comentario, Areños. Espero y deseo que vivas tu historia personal con paz y felicidad. Abrazos.

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  3. Así es, Carlos: la historia primero la escribieron unos y ahora la escriben otros, o simplemente la borran, que es lo que se está haciendo hoy con una etapa tan larga y trascendente como el Franquismo, que se quiere ocultar como si nunca hubiera existido, o como si todo hubiera sido terrible en esos años. Quizá aún tengan que transcurrir muchas décadas, siglos quizá, para que en España seamos objetivos sobre el valor que tuvieron los acontecimientos de las décadas centrales del siglo XX, que nos han traído hasta este presente. Un saludo.

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    1. Intentar borrar de un plumazo todo lo acontecido durante un periodo de cuarenta años de nuestra historia, es un gran disparate. Tal vez dentro de unos años o de siglos, como tú bien dices, haya personas, que con toda objetividad. nos describan las luces y sombras de este periodo. Muchas gracias, Ángel, por tu aportación.

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