FERNANDO SALDÓN BARCENILLA
Es Fernando, entre mucha cualidades, un ejemplo de
hombre honesto, ilusionado, artista infatigable y enamorado del dibujo y la
pintura, tareas a las que dedica buena parte de su tiempo libre.
Nos conocimos a través de Facebook, y así supe que
preparaba en Palencia una exposición de dibujos a plumilla. No falté a la inauguración
de la muestra y allí tuve ocasión de saludarle personalmente, saber de la
cordialidad y el cariño con el que me recibió y trató, además de comprobar la calidad
de sus cuadros, que son verdaderas obras de arte. Desde entonces nos hicimos
amigos, manteniendo a través de messenger puntuales noticias de nuestra mutua
actividad. En este último septiembre acudí de nuevo a la Biblioteca Pública de
Palencia en donde su postrera exposición batió récord de asistencia de público.
La generosidad de Fernando llega a tal extremo, que prometió
regalarme un dibujo a plumilla sobre el tema que yo eligiera. Me descanté por
el edificio de la Academia de Caballería de Valladolid del que él me iba
mostrando, paso a paso, detalles de su ejecución. Para corresponder a tal
esplendidez, yo preparaba, calladamente, un soneto dedicado a su arte y a su
figura.
El día 20, con motivo de mi visita a Palencia,
tuvimos ocasión de vernos y hacernos mutua entrega de nuestros trabajos. Ambos
regalos quedan aquí reflejados.
A FERNANDO
SALDÓN BARCENILLA
Iglesias y
murallas se te ofrecen
pidiendo ser plasmadas por tu mano
y tú, siendo
Fernando, tan cercano,
las llevas a tu estudio y ahí florecen.
Sobre el papel las
piedras reverdecen
irguiéndose con aire tan lozano
que a pesar de su origen, ya lejano,
refulgen con la gloria que merecen.
Ante tanta belleza
cautivado,
pienso si es don que en tu plumilla habita
o que un ángel dirige su trazado.
Y así, mirando el
cuadro, ensimismado,
el corazón rendido me palpita
al sentirse de gozo alborozado.
Las paredes
de nuestros respectivos hogares lucen estas Navidades con dibujo y poesía y dan
testimonio de una amistad que ha de perdurar por siempre. ¡Gracias, Fernando!
Hermosa amistad, dos ramas que se trenzan y se confunden en dichosa
ResponderEliminaralegría y respeto. Dos pulsos al unísono. Un gran abrazo, Carlos.
En ocasiones, la vida nos depara encuentros inesperados y fructíferos. Mi amistad con Fernando fue providencial y resultó ser el origen de un afecto mutuo y entrañable. La historia que hoy he publicado, forma parte de esa trenza mágica a la que aludes, María José. Gracias por tu exquisito comentario. Vuelen hacia ti mil abrazos.
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