domingo, 29 de diciembre de 2019




FERNANDO SALDÓN BARCENILLA


Es Fernando, entre mucha cualidades, un ejemplo de hombre honesto, ilusionado, artista  infatigable y enamorado del dibujo y la pintura, tareas a las que dedica buena parte de su tiempo libre.

Nos conocimos a través de Facebook, y así supe que preparaba en Palencia una exposición de dibujos a plumilla. No falté a la inauguración de la muestra y allí tuve ocasión de saludarle personalmente, saber de la cordialidad y el cariño con el que me recibió y trató, además de comprobar la calidad de sus cuadros, que son verdaderas obras de arte. Desde entonces nos hicimos amigos, manteniendo a través de messenger puntuales noticias de nuestra mutua actividad. En este último septiembre acudí de nuevo a la Biblioteca Pública de Palencia en donde su postrera exposición batió récord de asistencia de público.

La generosidad de Fernando llega a tal extremo, que prometió regalarme un dibujo a plumilla sobre el tema que yo eligiera. Me descanté por el edificio de la Academia de Caballería de Valladolid del que él me iba mostrando, paso a paso, detalles de su ejecución. Para corresponder a tal esplendidez, yo preparaba, calladamente, un soneto dedicado a su arte y a su figura.

El día 20, con motivo de mi visita a Palencia, tuvimos ocasión de vernos y hacernos mutua entrega de nuestros trabajos. Ambos regalos quedan aquí reflejados.






A  FERNANDO  SALDÓN  BARCENILLA

Iglesias y murallas se te ofrecen
pidiendo ser plasmadas por tu mano
 y tú, siendo Fernando, tan cercano,
las llevas a tu estudio y ahí florecen.

Sobre el papel las piedras reverdecen
irguiéndose con aire tan lozano
que a pesar de su origen, ya lejano,
refulgen con la gloria que merecen.

Ante tanta belleza cautivado,
pienso si es don que en tu plumilla habita
o que un ángel dirige su trazado.

Y así, mirando el cuadro, ensimismado,
el corazón rendido me palpita
al sentirse de gozo alborozado.

 Las paredes de nuestros respectivos hogares lucen estas Navidades con dibujo y poesía y dan testimonio de una amistad que ha de perdurar por siempre. ¡Gracias, Fernando!



2 comentarios:

  1. Hermosa amistad, dos ramas que se trenzan y se confunden en dichosa
    alegría y respeto. Dos pulsos al unísono. Un gran abrazo, Carlos.

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  2. En ocasiones, la vida nos depara encuentros inesperados y fructíferos. Mi amistad con Fernando fue providencial y resultó ser el origen de un afecto mutuo y entrañable. La historia que hoy he publicado, forma parte de esa trenza mágica a la que aludes, María José. Gracias por tu exquisito comentario. Vuelen hacia ti mil abrazos.

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