LA VIDA DE MAGÍN PUERRO
-XIII-
En
siguientes ocasiones
vi
extraños movimientos
que
delataban momentos
en
que la niña sufría
puesto
que apenas comía
a
causa de los lamentos.
Haciendo
trizas un pollo
rompió
a llorar la muchacha
con
la cabeza muy gacha,
justo
el día de la Fiesta
y
pensé: creo que a esta
hay
"un algo" que la empacha.
La
recogí en mi pecho
hasta
que el llanto cesó,
luego
corriendo buscó
el
refugio de su cuarto,
por
eso ya no descarto
que
lo de monja fingió.
Aquella
Fiesta pasamos
sin
vernos los dos la cara
ni
que su boca soltara
palabra
alguna ni voz.
¡Qué
suplicio tan atroz,
esperar
que me mirara!
Era
de noche cerrada,
estando
el local sin gente
cuando
dije de repente
que
de verdad la quería
y
que por ella sentía
un
amor puro, naciente.
Wow, suspenso...., qué respuesta tendrá?!
ResponderEliminarUn poquito de suspense siempre es necesario para que la próxima entrega sea recibida con expectación. Feliz domingo.
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