REFLEXIONES CAROLINGIAS (LXXVI)
Fui a hacerme una limpieza dental y no debí de
explicarme bien, porque una mujer que estaba con el cubo de fregar, me restregó
la fregona por la dentadura.
A ver si alguien sabe por qué en un matrimonio, a la
mujer se le llama “esposa”.
Las guerras acabarán cuando los proyectiles
tierra-aire sean globos de colores.
Dicen que, si te miras en el espejo, este nunca
miente, pero, últimamente, el mío parece que le ha dado por no decir la verdad.
Después de acompañar una lubina con tres clases de
vinos distintos, esta se me desdobló en el plato. Y es que no soporto el tercer
maridaje.
No consiguió pasar la ITV de su silleta de inválido.
Al parecer, el dueño tenía muchos humos.
Regresó de Italia sin haber visto la ciudad de los
canales, pero aseguró haber comido canelones en el resto de las ciudades
visitadas.
Gracias al ácido hialurónico, la piel de su cara
tenía la tersura de una tez un mes inferior a la que realmente le correspondía
por su edad.
En algunas retrasmisiones futbolísticas, se escucha
en las sustituciones de jugadores, esta estupidez: “Se ha cambiado hombre por
hombre”.
Una manifestación puede estar formada por 10.000 o
100.000 personas. Todo depende del medio que te informe.
¡Cómo cambian los tiempos! Antes, los porteros de
una vivienda habitaban en el piso más elevado de la casa. Ahora, los situados a
mayor altura son los más caros.
Cuando una persona se propone conseguir firmemente
un objetivo, lo consigue. Yo he conocido a más de uno que no ha dejado de tomar
copas hasta logar animarse.
Muy simpáticas reflexiones.
ResponderEliminarMuy agradecido por tu comentario, recibe un cordial saludo.
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