PUÑITOS DE ORO
(Obra teatral en tres Actos)
ACTO PRIMERO
(En
el gimnasio "All Stars")
CHISTANVINTO—
Buenos días. Pregunto por Rocky, el preparador. Me había citado con él para las
once.
ENCARGADO—
Espera un momento, chaval. Voy a ver en qué ring está repartiendo mamporros.
(Al
cabo de unos minutos se presenta sudoroso un hombre de una musculatura
espectacular)
ROCKY—
Eres el que me llamó ayer ¿no? Si sueñas con ser un gran boxeador, has dado con
el sitio exacto. A todo esto, ¿cómo me dijiste que te llamabas?
CHISTANVINTO—
Pues... Chistanvinto, como el abuelo, ¡cosas de mi padre! Pero usted me puede
llamar, Vinto, si le resulta más fácil, porque, Chistan, me llamaban en el
colegio cuando querían cabrearme.
ROCKY—
Ni lo uno ni lo otro. El nombre es fundamental si quieres que te respeten en el
ring. Aquí tenemos a púgiles como "Martillo Pérez", " El tigre
Hispánico" y "Rodolfo Anestesias" entre otros. A ti, como estás
muy flaco, te irá bien "Puñitos de Oro". ¿Qué opinas?
CHISTANVINTO—
Lo que diga o haga usted me parecerá bien. Yo he venido aquí a ser un discípulo
obediente y así llegar a ser una figura del boxeo y, de paso, a ganar mucho
dinero.
ROCKY—
¡Quieto ahí, figura! Estás muy flojito de musculatura y eso llevará tiempo y dinero.
Aquí cobramos según los días que vengas a entrenar y aprender. Si quieres tener
posibilidades de triunfar deberás venir todos los días; eso son mil euros al
mes. Si eres constante con los aparatos y con la dieta, dentro de seis meses
hablamos.
CHISTANVINTO—
De acuerdo. Vendré todos los días y me cuidaré. Quiero pelearme con alguien
cuanto antes.
ROCKY—
Pues mañana empezamos. Madruga y desayuna fuerte. Te voy hacer trabajar de lo
lindo.
ACTO SEGUNDO
(En el mismo gimnasio seis meses más tarde)
CHISTANVINTO—
Señor Rocky, ¿cómo me encuentra?, ¿estoy preparado para alguna pelea?
ROCKY—
La verdad es que estás poniendo empeño y ya se empiezan a vislumbrar las
"tabletas" en el pecho.
CHISTANVINTO—
¿Entonces?
ROCKY—
Todavía estás muy verde en la esgrima y te falta cardio para aguantar media
docena de asaltos. No debes tener prisa. Un campeón no se fabrica de la noche a
la mañana.
CHISTANVINTO—
Pero es que yo quiero triunfar cuanto antes. Se me están acabando los ahorros y
tal vez con alguna peleíta podría reponer fondos y de paso ascender en el ranking
del peso mosca español.
ROCKY—
Chaval, tú has visto muchas películas. Si quieres pelear en alguna velada de
debutantes, tendrás que pagar tres mil euros por la propaganda, los ayudantes,
una propinilla para el árbitro, el alquiler de la limusina, etc., etc.
CHISTANVINTO—
¿Pagar al árbitro? ¿Alquilar una limusina?
ROCKY—
¡Naturalmente! No te vas a presentar en la velada como un desgraciado. En
cuanto al árbitro, si no le "untas", al primer golpe que recibas te
declara perdedor por inferioridad manifiesta.
CHISTANVINTO—
Siendo así... De todos formas estoy dispuesto a correr con esos gastos. Vaya
buscándome rival. Quiero ser famoso lo más pronto posible.
ROCKY—
Si insistes con tanta tozudez no tendré más remedio que buscar un contrincante
en el otro gimnasio de la ciudad. De todas formas, piénsatelo, todavía estás
muy verde.
CHISTANVINTO—
Lo tengo decidido. No se hable más. Por mis santa madre que seré famoso en unos
meses. Quiero un rival ¡ya!
ROCKY—
Las prisas no son buenas para nada, pero como eres un cabezota, dame tiempo
para hacer unas llamadas.
(Al
cabo de unos minutos, aparece Rocky sonriente)
ROCKY—
¡Todo arreglado! A finales del próximo mes te vas a enfrentar a "Pulguita
de Chamberí". Me he informado y es un chaval como tú con poca experiencia
y flojito de piernas. No creo que te dure más de un asalto de los seis a los
que está concertada la pelea.
CHISTANVINTO—
¡Gracias, Maestro! ¡No le defraudaré! Ya empiezo a contar los días que me han
de llevar a la gloria.
ACTO TERCERO
(En el vestuario, después del combate con
"Pulguita de Chamberí")
CHISTANVINTO—
¿Dónde estoy? ¿Ya es de noche?
ROCKY—
De noche ya era cuando empezaste la pelea, pero se te hizo más de noche cuando
el "Pulguita" te recetó un uppercut después de darte una ensalada de
rectos, media docena de crochet y algún que otro swing. Vamos, que te dio una
paliza y de paso te enseñó cómo se tiene que boxear.
CHISTANVINTO—
Es que me confié con el nombre. Yo pensaba que lo de "Pulguita" se lo
habían puesto porque resultaba molesto, pero el condenado tenía una fuerza que
para qué.
ROCKY—
Si llego a saber que te confiaste con el nombre te hubiera dado un aerosol para
que lo fumigaras. ¡No te digo!
CHISTANVINTO—
Y cómo se movía el tío. Siempre daba al "Pulguita" que no era.
ROCKY—
Pues ya ves que él siempre arreaba al "Puñitos de Oro" que se quedaba
quieto en medio del ring con la guardia baja. ¡Qué desastre! Bueno, y ahora
¿qué piensas hacer?
CHISTANVINTO—
En cuanto me reponga, trabajar para ganar algún dinero y volver al gimnasio.
Ahora ya tengo experiencia para afrontar un nuevo combate.
ROCKY—
Es una lástima que la inflamación te impida la visión, porque si no, verías
delante de ti a un preparador muy cabreado. Mira, hijo, es mejor que vayas
pensando en dedicarte a otra cosa. Para boxeador no das la talla. Yo soy un tío
legal y no quiero que sigas pagando por entrenarte. Es más no te cobraré nada
por la mercromina, las tiritas y los analgésicos que vas a necesitar hasta que
te recuperes.
CHISTANVINTO—
¿Y mi sueño de ser boxeador?
ROCKY—
¿Te parece poco el que te has echado en el cuadrilátero? Ya estábamos
preocupados porque creíamos que habías entrado en el sueño eterno.
(Cuando
cae el telón, un llanto amargo recorre las mejillas inflamadas de "Puñitos
de Oro" mientras Rocky intenta bajar la hinchazón con hielo)
FIN
Excelente acto, entretenido, el pobre Vinto qué experiencia tuvo!!
ResponderEliminarTuvo la experiencia de los que no se preparan a fondo para afrontar una prueba. No todos valemos para los mismo. Te deseo una feliz noche, Abrazos, Alie..
EliminarTodo lo que se hace por ambición y carente de vocación, tiene al final consecuencias negativas y frustrantes. Un saludo Carlos.
ResponderEliminarNo sé si nuestro protagonista tenía mucha o poca vocación para ser boxeador, lo que está claro es que para cualquier actividad se necesitan aptitudes y mucha preparación. Te deseo un feliz día, Joaquín.
EliminarSiempre son.malas las prisas está demostrado
ResponderEliminarMuy buena la obra y con una lección de vida,,para el que la quiera entender
Totalmente de acuerdo con el autor/a del comentario. Gracias por enviarlo.
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